Fundada en 1888, la Panadería Chichapan de Cangas del Narcea cuenta con la quinta generación familiar al frente del negocio, Pablo Prieto. Su tatarabuelo ya era panadero y su bisabuelo fue el fundador de la panadería propia. El nombre es curioso, Chichapan es un apodo, ya que de pequeño el bisabuelo de Pablo pedía a sus padres “chicha con pan”, y así se conserva la denominación de la panadería. Pablo Prieto ya nació entre harina y barras de pan decidiendo que sería su futuro laboral a partir de los 16 años cuando comenzó a trabajar junto a su padre.

-¿Qué diferencia a la Panadería Chichapan?

-Ofrecemos calidad, trabajamos todos nuestros productos a mano, de forma artesanal como toda la vida, salvo los amasados, ya que para mover nuestras cantidades nadie amasa a mano. Utilizamos materia prima de muy buena calidad, es en lo que se basa el producto, además cocemos en horno de leña y es necesario dominar los tiempos de cocción, sobretodo del pan. Yo elaboro ‘formientos’ naturales y la masa adquiere una acidez que le da sabor al pan, ya que se guarda de un día para otro. En ocasiones se confunde masa madre con esto, es el inicio del ‘formiento’, una base para cortar la levadura y algunas masas madres de naturales tienen poco.

-¿Qué materias primas utiliza?

La base de la calidad está en las materias primas que se utilizan. No las compro en base al precio, si no a la calidad, evidentemente a igual calidad sí se mira el coste. Utilizamos huevos de La Cuchar, una empresa de la zona que ofrece huevos de gallinas camperas; la harina y la sal la compramos a Suroccidente Agrícola y la mantequilla, levadura, almendras, avellanas… todo es de máxima calidad.

-Conservan la tienda en el propio obrador. ¿También distribuyen pan?

Sí, nuestra tienda está ubicada en la Plaza Mayor 2 de Cangas del Narcea, en el propio obrador. Distribuimos pan en la villa y zonas limítrofes además de hostelería de la zona. Antes iba a los pueblos pero por razones de salud no puedo.

-¿Cuáles son las especialidades de la casa?

-En pan, las barras rústicas, hogazas, y las chapatas son las reinas de la panadería. También el bollo de manzana y un bollo de petaca que tenemos patentado, un bollo de media luna que lleva todo: panceta, chorizo, cebolla, pimiento… preparamos todo nosotros. Además hacemos empanadas, bizcochos, magdalenas, galletas, bollas pascua de hojaldre rellenas (de crema, cabello de ángel o chocolate), bollas de pan y bollicos. Nos gusta vender producto fresco, recién hecho, prefiero vender dos bizcochos menos que dejarlos para el día siguiente. Trabajamos también por encargo.

-¿Alguna novedad?

-Recientemente hemos sacado unas galletas con chocolate, ya que la gente lo demandaba, pero siempre conservando la base de la receta tradicional. Aquí no utilizamos ni conservantes ni colorantes. El secreto es el saber hacer, aprendimos de generación en generación.

-¿Alguna anécdota?

-Mi padre me hizo un día barrer la panadería y pesar la harina recogida para ver cuánta harina se desperdiciaba. Perdíamos 150 kilos al año de harina y dijo que había que reducirlo. Para ello compramos telas antiadherentes para no espolvorear tanta harina. En ese sentido nos modernizamos, en el sentido de hacer el pan no, lo hacemos como toda la vida.

-¿Están de moda los productos naturales?

-En cierta medida los clientes cada vez más buscan un producto natural y de calidad. Con el tema del aceite de palma estamos vendiendo muy bien el pan de integral, porque la gente quiere utilizar para tostadas pan natural. Mucha gente cuando prueba nuestros productos recuerda los sabores de la infancia, de cómo lo hacían sus abuelas.