Alberto Espí Felgueroso y Ana del Cerro Arrieta, investigadores del Área de Sanidad Animal del SERIDA

Las garrapatas son parásitos que se alimentan de sangre animal incluida la humana y pueden ser transmisores de numerosas enfermedades infecciosas como la enfermedad de Lyme. Una garrapata se alimenta lentamente, está una semana adherida al animal o a la persona hasta que se llena y puede llegar a ingerir 8 centímetros cúbicos de sangre. Desde hace 8 años, el Área de Sanidad Animal del SERIDA mantiene una línea de investigación sobre las garrapatas en Asturias.

-¿Cómo surgió esta línea de investigación?

-La línea de investigación que nos marcamos fue la de Enfermedades transmitidas por vectores, y en función de ella, vamos buscando financiación con diferentes proyectos más concretos. Estas enfermedades son aquellas en las que se transmiten patógenos de un organismo a otro a través de organismos vivos. El primer proyecto se desarrolló en 2011 y se centró en las garrapatas porque consideramos que en Asturias era prioritario, porque las condiciones climáticas favorecen que haya más abundancia de garrapatas que por ejemplo otro vector importante en otras regiones como pudieran ser los mosquitos que aquí son más estacionales, concretamente estivales y las garrapatas están activas prácticamente todo el año.

-Háblenme del primer proyecto desarrollado.

-Realizamos un intenso estudio de Piroplasmas, Anaplasmas y enfermedad de Lyme en la Sierra del Sueve para después analizar si se podía extrapolar al resto de Asturias. Un estudio realizado en 1992 la zona por el neurólogo José María Asensi sobre la enfermedad de Lyme, transmitida por garrapatas, que tiene su foco en animales pero que en humanos es especialmente grave cuando se complica nos animó a estudiar el origen de esta enfermedad en El Sueve. Durante tres años fuimos cada 15 días a diferentes lugares del Sueve para analizar las variaciones de número, especie y estadio de las garrapatas localizadas, tanto en la vegetación como en animales, rebaños de vacas y ovejas de ganaderos del Sueve y en cacerías para analizarlas en animales silvestres como ciervos, gamos y jabalís. Determinamos también el número de casos de Piroplasmosis, muy frecuentes en las vacas de zonas de montaña  y que, en los casos más graves, producen destrucción de glóbulos rojos, y los ganaderos lo detectan porque las vacas afectadas orinan sangre, es producida por un parásito hemático que transmiten las garrapatas. Fue un proyecto coordinado con País Vasco.

-El siguiente proyecto se centró en el Flavivirus en 2013. ¿Qué datos registraron?

-El Flavivirus produce una encefalitis en ovino, caprino y aves, pero solo estaba descrito en Reino Unido y Países Escandinavos. Hace muchos años, en 1987 se detectó un solo caso en ovino en País Vasco, hasta que en 2011, una compañera investigadora del SERIDA, Ana Balseiro junto con un profesor de León la volvieron a detectar en cabras  en Quirós, en concreto en Aciera. También es una enfermedad transmitida por garrapatas y nos solicitaron colaboración. Está prácticamente finalizado, nos falta la parte de plasmar en papel.

-Recientemente les han aprobado un proyecto sobre Fiebre Q. ¿A quién afecta la enfermedad?

-Es una enfermedad transmitida de los animales a las personas, se da en mataderos y en los años 90 hubo un brote en el Matadero Central de Asturias en Noreña. La peculiaridad es que la enfermedad transmitida por garrapatas en el ciclo silvestre,  pero a las personas se la transmiten los animales directamente por vía respiratoria y también en mataderos al manipular animales enfermos. Los más expuestos son los matarifes. En 2009 Holanda se produjo el  brote más importante desde que se conoce la enfermedad cuyo origen estuvo en rebaños de caprino lechero.

-¿Cómo valora el trabajo realizado?

-Hemos abierto el camino a la investigación de las garrapatas y las enfermedades que pueden transmitir, será un trabajo de muchos años y agradecemos que para el público sea importante y despierte interés. La idea de los proyectos, centros de investigación e investigadores es que los estudios que hacemos hay que comunicarlos. Hay diferentes niveles de comunicación, todos importantes, el más académico son las publicaciones científicas, muy técnicas, pero importantes para que te financien un proyecto. Del primer proyecto se han realizado tres publicaciones internacionales, una de enfermedad de Lyme, otra sobre Anaplasmas y otra de Piroplasmas en fauna silvestre. Además es importante la divulgación, el SERIDA tiene una revista y página web, donde intentamos hacerlo.

-¿Qué animales son los más afectados?

-Todos los animales pueden tener garrapatas, ya sean domésticos o silvestres. Los ciervos son los mayores mantenedores de garrapatas, y en cambio el jabalí, aún no se sabe el motivo, tiene un número de garrapatas pequeño, pensamos que puede influir el espesor de la piel y los baños de barro.