La Ganadería San Martín nació hace 24 años con “mucha ilusión”. Actualmente con 195 cabezas de Frisona tienen una producción media de 34 litros por vaca/día. Sus socios reconocen la tendencia a ganaderías grandes donde hay que “trabajar más y ganar menos” así como que si el trabajo te gusta, se disfruta de “mucha calidad de vida”. Continúan manteniendo la ilusión de los inicios y esperan que Andrés, hijo de Carmen y Miguel, que actualmente está como trabajador en la ganadería decida si se incorpora a la SAT.

-¿Cómo fueron los inicios?

-Nuestra madre era ganadera y mi hermano Miguel fue el que se quedó con la explotación, pero no teníamos fincas porque mis padres compraron la casa con la huerta, y mis antecesores no eran ni agricultores ni ganaderos. La cuadra primigenia estaba en el piso de debajo de la casa, como todas en aquellos tiempos, y cuando ya  se quedaba pequeña Miguel compró esta finca para hacer una estabulación. En aquel momento yo trabajaba fuera pero sin estudios económicos y mucha ilusión Miguel, su mujer Carmen y yo, formamos en principio una sociedad civil y más tarde una SAT para la gestión de la ganadería. Nos metimos en esta aventura hace 24 años. Fue el primer paso, y hace 14 años se hizo una ampliación de la estabulación.

-¿Cuántos animales tienen? ¿Cómo funciona la ganadería?

-Actualmente tenemos 194 cabezas, 85 en ordeño, 21 novillas al parto, 10 vacas secas más la recría. Tenemos un sistema de ordeño de 2 por 5, las vacas están en cubículos de arena y paja, que se hacen dos veces al día y cuidamos muchísimo. Para limpieza disponemos de arrobadera y en la parte de recría tenemos camas de goma pero también echamos paja. A un lado del pasillo de alimentación está la recría y a otro las vacas en ordeño. Cuando nacen los terneros van a boxes, a los 15 días los machos van a cebadero y las hembras pasan a la amamantadora, a los dos o tres meses, dependiendo de la carga que tengamos pasan a otro espacio, y así hasta inseminar. Las tenemos por edades.

-¿Cuánto tiempo dedican a los ordeños?

-Ordeñamos dos veces al día, entre limpieza y ordeñar estamos dos horas en la sala de ordeño. Mi cuñada y yo normalmente somos las que ordeñamos. Por la mañana empiezo yo sola, ella ayuda a hacer camas, cubículos, limpieza, alimentación… da a los terneros lactantes de madre y me ayuda a terminar el ordeño.

-¿Cuál es su producción?

-La media de las lactaciones son 11.154 kilos por vaca con 4,40 de grasa y 3,21 de proteína según los datos que nos facilita ASCOL, una media de 34 litros/vaca por día.

-Entregan la leche a Campoastur, ¿cuál es la tendencia?

-En este momento la tendencia de Campoastur es trabajar con operadores serios como queserías, que exigen calidad, que la tenemos, y trabajamos para que se nos diferencie por ello y se valore, pretendemos llegar a una estabilidad, en ese sentido creo que se conseguirá.

-¿Apuestan por la genética?

-Desde hace muchos años intentamos seguir una línea a través de ASCOL. Hace años acudíamos a algún concurso, pero lleva mucho tiempo y dinero.

-¿Qué me puede decir en cuanto a la alimentación?

La ración se elabora con 25,5 kg de silo de maíz, 12,5 kg de pienso, 8 kg de silo de raigrás y 1,8 kg de alfalfa deshidratada.

-¿De qué terreno disponen?

-De 40 hectáreas entre propias y arrendadas. Sembramos 32 de maíz, y el resto raigrás bianual y pusimos alfalfa por el greening, por el aporte de nitrógeno a la tierra. Este año no hace falta, con raigrás cubrimos.

-¿Y maquinaria?

-Tenemos dos tractores, cuba, desensiladora, esparcidor de estiércol, grade rápida con tren de siembra, carro autopropulsado, dos mini cargadoras…

-¿Hacen ustedes los trabajos del campo o subcontratan?

-Subcontratamos. Sembrar y cosechar lo hace la empresa de servicios de Campoastur. Actualmente trabajamos en la ganadería,  los tres socios y un sobrino que de momento está como empleado y está pensando si incorporarse a la SAT. Es un trabajo duro y tiene que tomar la decisión con seguridad.

-¿Cómo ha sido la evolución de las ganaderías en los últimos 25 años?

-Se ha evolucionando mucho, hubo un paso de gigante, cada día nos encontramos con cosas nuevas y no puedes predecir qué vas a hacer dentro de un año, vivimos con cierta incertidumbre. Tenemos que estar continuamente adaptándonos y poniéndonos al día de la cantidad de nuevas normativas que salen. La base fundamental es la producción de leche, que es la rutina de siempre, la innovación al final se realiza a base de dinero, la gestión para que salgan las cuentas es complicada.

-¿Cómo compatibiliza su labor ganadera con su responsabilidad como presidenta de Campoastur?

La sede central de Campoastur está en Otur, aquí al lado, y tengo que reconocer que la organización interna se coordina con el tiempo libre del que dispongo para resolver temas. Hay semanas que es difícil, cuando me coinciden varias reuniones o actos a los que tengo que asistir, para mí es complicado, porque aunque tengo servicio de sustitución el día que no estoy en la ganadería, dos días que esté fuera se nota mucho en la ganadería.

-¿Ha evolucionado el papel de la mujer rural?

-Los que lo vivimos lo sabemos. Desgraciadamente muchas mujeres muy válidas. En  Campoastur ofrecemos precisamente el servicio ‘Mas que un respiro’ para que la mujer pueda salir, está enfocada a ellas, me encantaría que se utilizaran para poder asistir a charlas y actos donde demostremos lo que somos. Hay mujeres que pueden aportar mucho y tendrían que visibilizarlo.

-Hace ya unos años aumentaron la ganadería, ¿cómo ve el futuro?

-Hemos ido aumentando la ganadería porque al final somos empresarios, tenemos que innovar y avanzar. Nosotros tenemos la incertidumbre del futuro, yo tengo mucha ilusión, creo que el futuro será mejor y trabajo para ello. El consumidor tiene que darse cuenta y valorar los productos de calidad, en este caso concreto de la leche. La alimentación está muy controlada y los animales llevan un riguroso control. De todas formas cuando se lleve a cabo la concentración parcelaria veremos qué se podría hacer, estamos en una zona muy limitada de costa.

-Tienen sala de ordeño informatizada con el Dairy Plan. ¿Cómo funciona?

-Contamos con el Dairy Plan desde que comenzamos hace 24 años, hay gente que lo tiene y no lo usa. Si te adaptas a él, luego no puedes vivir sin él. En cualquier momento yo sé la historia de cada vaca, lo que tuvo, lo que tiene, cuándo va a parir… y esto facilita mucho el trabajo. No tenemos el podómetro, porque hemos invertido en otras cosas, pero te da conductividad, si tiene mamitis, y los datos almacenados que aporta son imprescindibles.

-¿Les preocupa la modificación de la normativa del purín?

-Al utilizar paja para las camas tenemos mucho estiércol. Nos afecta como a todos. Aquí en Asturias por su orografía supondría el cierre de explotaciones, en muchos lugares los tractores no entraran en las fincas para poder enterrarlo. Hay zonas que sí, pero en otras es imposible, y es donde más animales hay. Espero que Asturias se salve, si no va a ser un gran problema. Hoy se utilizan sistema de análisis de tierras para abonar según su necesidad. El purín y estiércol es son abonos y es dinero.