En 20 años como titular de la Ganadería Casa Cueto en Manzaneda, Manuel Ángel Fernández apostó por la profesionalización aumentando paulatinamente las cabezas de ganado e invirtiendo tanto en infraestructuras como maquinaria. Lleva la ganadería con la ayuda de un empleado y cuenta con una producción media de 33 litros por vaca y día, siendo socio de Central Lechera Asturiana.

-¿Quién comenzó con la ganadería en Casa Cueto?

-En Casa Cueto siempre hubo vacas, ya las tenían mis abuelos, y mi padre siguió con ellas, pero no se dedicaba a ello, tenía 8 o 10 vacas y trabajaba fuera. En el año 98 con mi incorporación fue cuando ya se profesionalizó la ganadería. Mi padre tenía una pequeña nave que había construido en su día y se hizo un almacén para el forraje. Pasamos a construir una nave de estabulación libre para 60 vacas y compramos el primer tractor grande. En 2002 se compró el carro mezclador, en 2007 la sala de ordeño directo y en 2011 se construyó una segunda nave para la recría y vacas secas.

-¿Siempre tuvieron raza Frisona?

-Cuando mi padre tenía alguna vaca, sí, tuvimos un tiempo vacas de carne, pero nos las llevó una campaña de saneamiento y tuvimos que vaciar la cuadra, era más cómodo y daba menos trabajo cuando él trabajaba fuera. Luego empezó con alguna de leche, y nos decantamos por la leche.

-¿Qué número de animales tienen?

-Actualmente tenemos 140 cabezas de raza Frisona, unas 70 en ordeño, 8 secas y 60 de recría.

-¿Y la producción?

-Tengo una producción media de 33 litros por vaca y día y entrego la leche a Central Lechera Asturiana. Como sistema de ordeño tenemos una espina de pescado de 10 puntos.

-¿En qué consiste la alimentación de sus animales?

-Se elaboran dos raciones diferentes, una para novillas y vacas secas y otra para las vacas en producción. Es todo propio, la mezcla lleva silo de raigrás, silo de maíz, hierba seca y pienso del que me abastece ASA. Las novillas y vacas secas están todo el año fuera con la puerta abierta y las vacas en producción en verano salen al potrero, en invierno se les cierra la puerta.

-¿Hace usted todos los trabajos de campo o subcontrata alguno?

-La siembra y cosechado de maíz lo subcontrato, el resto lo hago yo. El forraje es todo propio, solo compramos el pienso. Tenemos 60 hectáreas de terreno, 20 de ellas dedicadas a siembra de maíz y raigrás.

-¿Tiene problema con los purines?

-De momento no, este año vamos tirando, pero a la larga a ver qué pasa. Tengo superficie bastante para el purín, pero pondrán muchas normas. Estoy apuntado para la planta de gestión de purines de Navia, y en caso de necesitarlo tendría que cambiar las camas de las vacas, ya que las que utilizamos son de arena y no lo admiten en la planta. Es una pena, porque el sistema es muy cómodo y estamos contentos.

-¿Cómo ve el futuro?

-No creo que vaya a cambiar mucho con respecto a la situación actual, con trabajo y sacrificio sobreviviremos y unos euros en el bolso no nos faltarán para tomar una cerveza, pero con este sector no nos vamos a enriquecer. Creo que seguirá como siempre, ni mejor ni peor.

-¿De qué maquinaria dispone?

-Tengo dos tractores, una máquina telescópica Manitou, emboladora, encintadora, segadora… toda la maquinaria necesaria para el forraje, lo único que no tengo es sembradora y cosechadora de maíz, ya que no es viable.

-¿Por qué eligió comprar una Manitou?

-Hace más de cuatro años que tengo la Manitou. Es una máquina muy buena para la explotación, yo antes tenía un tractor con pala, pero cuando decidí comprar esta máquina telescópica, comprobé que es mucho más rápida, más manejable, es otro mundo. Además le puedes poner muchos aperos, y en el tractor estás limitado por no tener bastante caudal de aceite. Tengo el encamador de arena para los cubículos, el desensilador del maíz, el cazo de tierra y varios pinchos. Se utiliza para todo, hoy día es indispensable en el día a día en la ganadería, más que el tractor. Quita gran cantidad de trabajo y en los cuatro años que la tengo no tuve ninguna avería.

-¿Qué necesitaría el sector?

-Este es un trabajo constante, más mano de obra, que escasea, es difícil encontrar gente cualificada y que quiera trabajar en ello, este trabajo es llevadero pero muy sujeto.

-¿Apuesta por la genética?

-Es un factor muy importante en una ganadería, al igual que la alimentación y el manejo. Trabajamos con la Clínica de Pola de Siero.

-¿Le gustan los concursos?

-Me gusta ir a verlos, pero no participar, es algo que lleva mucho tiempo.

-¿Cómo está el sector de ganadería de leche en la zona?

-Los que seguimos somos los que nos incorporamos hace 20 años o más, pero de ese tiempo para acá no hay mucho relevo generacional, es complicado.

-¿Contento?

-Sí, me gusta mi trabajo