Ganadería SAT San Vicente de Salas fue la primera en Asturias en instalar un robot de ordeño Lely en el año 2002 y hasta la fecha la marca ha instalado en la región 72 robots Astronaut A3, A4 y A5, y más concretamente del último modelo del mercado hay 16 unidades. Estas cifras representan más del 72% de los robots de ordeño instalados en el Principado.

En 1992 Lely inventaba el robot de ordeño que revolucionaba la forma de trabajar de los ganaderos de leche. Se convirtió en una referencia del ordeño automatizado en cuanto a las patentes que utilizan, avalado por la fiabilidad y capacidad del robot. Todos los robots están conectados vía internet y la marca dispone de los datos de cada uno de ellos desde el momento de instalación hasta la actualidad. “Podemos consultar los datos de fiabilidad de cualquiera de ellos, por ejemplo, Ganadería Peto tiene dos robots uno de ellos de 13 años, pudiendo consultar el número de ordeños que hace cada día, los del último año o los de los 13 años que lo tienen, así como los fallos de un día una semana o un mes”, explica Alberto Sánchez, director comercial de Lely en Asturias. Con estos datos acreditan el trabajo que el robot desempeña en cada explotación.

Los primeros Lely Astronaut A3 instalados en Asturias fueron los de las ganaderías Peto, Choureiro y Parlero, los tres funcionando y actualizados, ya que cuentan con el último software disponible en el mercado, el de 2020, y en alguno de los casos se les ha incorporado contadores de células y han actualizado sus collares. “Seguimos vendiendo A3 reacondicionados y eso da una garantía a los ganaderos de que el robot funciona muy bien durante un número largo de años. Cuando nos preguntan cómo funciona el robot, podemos mostrarlo en robots de 5 años, de 10 años o con más de 10 años… a menudo se enseñan nuevos y lo importante es enseñar los que llevan años y explicar el mantenimiento que ha tenido, cuál es su coste, etc…”, comenta Alberto Sánchez.

Los robots Lely están preparados para explotaciones de tráfico libre de animales, para que las vacas estén acostadas, coman o se ordeñen con libertad, ya que la función del robot “no es acercar las vacas al ordeño, vienen solas, sino el objetivo es reducir al mínimo el número de fallos, que tenga cero fallos al día o menos de cinco, ya que un ordeño fallido supone pérdida de tiempo en el sentido de que la vaca debe volver a ordeñarse, tiene que volver al box y llevará 7 minutos. El tiempo de acercar las vacas retrasadas puede ser de 5 minutos por la mañana y 5 por la tarde, tiempo ridículo si lo comparamos con el empleado en meter una vaca fallida y hay que volver a ordeñarla. El robot Lely es el más fiable del mercado”, matiza Sánchez.

Aunque la fiabilidad es muy importante, la capacidad es vital, ya que la explotación lechera debe obtener rentabilidad y para ello se necesita ser eficientes y producir la mayor cantidad de leche posible. Para ello ¿cuántos ordeños debe de realizar un robot?

Pues el mayor número de ordeños posibles al día, basados en un mínimo de leche, es decir, entre 10 y 13 litros, ya que el robot Lely debe realizar al menos 200 ordeños diarios. “No es lo mismo que una granja realice 200 ordeños al día a que realice 170, ya que la diferencia de un 15% se va a traducir en que las vacas tienen posibilidad de ordeñarse más veces, en mayor cantidad de leche, en una mejor salud animal, en reducción de acidosis, en menos espera para las vacas, en menos retrasos, menos trabajo y mayor utilidad, porque más leche es más facturación”, explica Alberto Sánchez. El secreto es que el robot  sea capaz de trabajar lo máximo con el mínimo número de fallos. “Hay ganaderos que se conforman con ordeñar 50 o 52 vacas, pero el robot aparte de ordeñar, debe amortizarse así mismo, posibilitándonos recuperar la inversión en un número de años razonable. Debe permanecer al menos 15 años en nuestra ganadería, y en ese tiempo debemos evaluar y valorar el robot, por sus fallos, su desempeño, cuántos ordeños es capaz de hacer al día, por su vejez, y costo de mantenimiento”, expone Sánchez.

Con respecto al servicio de mantenimiento de los robots Lely existen dos tipos de contrato: un servicio básico o un servicio master (a todo riesgo), donde se valora a cada cliente en función del número de ordeños que la máquina realiza. En cuanto a los consumibles (detergente, ácido alcalino, cepillos, gomas…) el consumo mensual es de 225 euros para un robot que haga 200 ordeños diarios. “La transparencia de gastos es importante, por ejemplo, hacer un conteo de células somáticas a una vaca cuesta 1 céntimo de producto”, explica el director comercial de Lely en Asturias.

Como ejemplo de fiabilidad y capacidad analicemos el caso de la explotación SAT As Pandas de Villalba (Lugo), una de las más punteras a nivel mundial. Hace ocho años que cuenta con dos robots Lely Astronaut A3 y hasta el 22 de diciembre del pasado año ordeñaba 140/142 vacas de alta producción (45/46 litros por vaca y día), los robots ordeñaban 6.000 litros de leche al día, estaban a plena capacidad. “Sus propietarios decidieron adquirir un nuevo robot, pero no para ordeñar más vacas, si no para repartir las que tienen entre los tres robots. Rápidamente se observó que las vacas se ordeñaban más veces, lo que se tradujo en más de 500 litros de leche al día a mayores. Las vacas son las mismas, siguen comiendo lo mismo, pero se han incrementado los ordeños, subiendo la producción con las mismas variables, por eso no nos debemos conformar con hacer 170 ordeños”, incide Sánchez.

Lely continúa ofreciendo sus servicios e información a sus clientes y futuros clientes asturianos. Este mes realizarán la instalación en el tercer robot en la Ganadería Cegarito de Navia.