ASAJA coloca, mañana en la Majada de Gumartini,  Montaña de Covadonga, collares con sistemas GPS a ganado vacuno, ovino y caprino, para desarrollar el proyecto SIEGA (Sistema de Información Geográfica de Ayuda al Manejo de Ganadería Extensiva).

Este proyecto pretende, entre otros objetivos, crear una herramienta de ayuda a la gestión de la ganadería extensiva y el territorio donde se asienta, utilizando para ello las más modernas Tecnologías de Información Geográfica (TIG) disponibles; manejo de datos de posicionamiento por GPS, sistemas de información geográfica y teledetección. Todo ello con el fin último de preservar un tipo de ganadería esencial en el mantenimiento de los ecosistemas de montaña y de incentivar el relevo generacional con la incorporación de jóvenes ganaderos.

El mantenimiento y la promoción de la ganadería extensiva supone un claro beneficio ambiental siempre que se realice una buena gestión, ya que su existencia ha contribuido, de forma insustituible, al modelado del paisaje, el mantenimiento de paisajes agrarios atractivos y pueblos y culturas vivas, la conservación de la biodiversidad, la regulación del cambio climático por el secuestro de carbono, o la reducción del riesgo de incendios forestales, entre otros servicios ecosistémicos.

La ganadería extensiva se plantea, no sólo como una herramienta para la producción de alimentos de calidad, sino también un elemento mucho más complejo e integrador del territorio, que conjuga tanto la conservación ambiental como el desarrollo económico de las zonas rurales. En las últimas décadas se ha visto afectada por una crisis que ha propiciado no solo la pérdida de población en zonas rurales, sino también la de pastos asociados al abandono de estas tierras. En el periodo 2001-2016 las pérdidas se cuantifican en un 30% de los prados naturales y un 10% del total de las zonas pastables.

Al igual de lo que está ocurriendo en otros sectores como la agricultura, es necesario tecnificar la ganadería extensiva mediante la elaboración de nuevas herramientas capaces de mejorar la actual gestión de los recursos con el fin de mejorar la competitividad de este sector, su sostenibilidad y el gran patrimonio cultural y etnográfico que esta actividad implica.

Por tanto, la herramienta que el Grupo Operativo SIEGA pretende poner en marcha, ayuda a distribuir y supervisar en el tiempo y en el espacio al ganado, fomenta mejorar el balance de nutrientes y las emisiones de gases de efecto invernadero, suponiendo un factor mitigante al cambio climático.

Este proyecto será capaz de cartografiar no sólo la cantidad, sino también la cantidad de nutrientes (N) y agua en el pasto, así como de evaluar querencias a través del movimiento del ganado y permitir un mejor acotamiento de zonas de exclusión, siendo clave para una mejora medioambiental del sistema ganadero.