La aparición de  jabalíes habituados al hombre en entornos urbanos es  un problema emergente en las dos últimas décadas. Los principales daños que producen son hozaduras y colisiones con vehículo y, en una una fase más avanzada de habituación, concurren en espacios públicos (jardines, parques e incluso áreas edificadas) aunque los ataques a personas son muy excepcionales. En los entornos urbanos de Asturias,  aparecen en  2002 y se aprecia un incremento a partir de 2012, cuando comienzan a observarse jabalíes en el interior del casco urbano de Oviedo, una subida poblacional que se dispara en 2016. Además, en la zona central del Principado se ha percibido una hibridación de jabalíes con cerdos vietnamitas. Así, en 2013 se detectó presencia de estos animales asilvestrados en Siero, Sariego y Villaviciosa. Actualmente, también en Oviedo, Castrillón, Gijón, Llanes y Tapia de Casariego. En 2016 se han capturado 20 ejemplares.

La  caza está prohibida en el medio urbano y limitada con disparo sobre los ejemplares en un total 2.414 kilómetros cuadrados, el 22,8% de la superficie de Asturias. El responsable de Recursos Naturales ha informado de que en 2015 la Guardería del Medio Natural realizó 368 servicios en las zonas de seguridad y refugios de caza en toda Asturias. En lo que va de año, se han desarrollado 152 servicios, 23 de ellos en Oviedo, con 24 jabalíes abatidos.

Las indemnizaciones por daños de la especie en cultivos agrícolas y  accidentes de carretera han superado los 18 millones en los últimos 15 años y se han abierto 90.000 expedientes en ese periodo. El Gobierno de Asturias a través de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales ha elaborado un plan integral de prevención y control de ejemplares.

Medidas preventivas

Esta línea de medidas corresponderá fundamentalmente a los ayuntamientos. Entre otras, el plan establecerá la habilitación por parte de los municipios de un sistema de recogida de basuras y papeleras a prueba de jabalíes en la zona perimetral de las ciudades y en los puntos de más presencia, evitar la acumulación de basura en zonas accesibles a los animales, revisar las instalaciones escolares e instalaciones de vallas perimetrales, prohibir dar alimento a jabalíes y medidas sancionadoras que figuren en las ordenanzas municipales, prohibir la liberación de animales como cerdos vietnamitas, cursos de formación a la Policía Local, localización de puntos negros en carreteras y mejora de la señalización preventiva.

Medidas de control

Estas actuaciones, competencia de la Administración regional en su mayor parte,  se dividen en métodos de captura en vivo y de sacrificio. En el cinturón más próximo al casco urbano se utilizarán preferentemente las trampas de captura en vivo y en el más alejado se podría continuar con aguardos. En el cinturón de riesgo se podrán realizar batidas incruentas con perros en las que también pueden utilizarse balas de goma o fusiles láser y petardos. En las zonas limítrofes con los cotos, las batidas deberán programarse, de acuerdo con el plan de tiro de los cotos para que, en la medida de lo posible, coincidan con la víspera de cacerías en el área colindante.

Los métodos de sacrificio se realizarán con aguardos nocturnos en las zonas más alejadas del casco urbano, batidas incruentas con perros en el cinturón de seguridad, balas de goma o fusiles láser y petardos para   efectuar estimaciones de la población de la especie en zonas de seguridad y realizar un seguimiento de la reducción de densidad poblacional, perreas en las zonas limítrofes con los cotos coincidiendo con la víspera de cacerías en el área colindante.

Cupos de captura

La alta densidad de población de suidos afecta de forma inversa al medio rural que al urbano. Una de las medidas principales que  está llevando a cabo  la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales para controlar la población del jabalí es el cupo de captura de seis adultos por cacería en los cotos regionales  y de cinco en las reservas regionales.

Manuel Calvo, director general de Recursos Naturales solicitó a los cazadores que se cobren el máximo de piezas permitido porque, según ha precisado, el promedio de ejemplares abatidos en Asturias es sólo de 1,5 a  2,2 por cacería. Éste es uno de los motivos por los que el incremento anual medio de la especie se sitúa entre el 25% y el 30%, porcentaje que bajaría aproximadamente al 7% si se cumpliese el cupo establecido. De no aplicarse ningún plan de gestión cinegética, el incremento anual sería del 89%.

El director general aseguró que las causas de la excesiva población de jabalíes en Asturias son similares a las del resto de Europa. Entre las mismas,  ha citado el  envejecimiento   de la población rural y abandono de la actividad agraria, hecho que baja la mortalidad del jabalí por el aumento del alimento y del refugio y la eliminación de los venenos como sistema de control de alimañas;  la disminución del número de licencias de caza en un 54% en los últimos 30 años, pasando de 31.587 en 1986 a las 14.669 vigentes ; la falta de relevo generacional, la crisis económica,  o el envejecimiento de la edad media de los cazadores, que en la actualidad se sitúa en los  56 años frente a los 34  de 2002.

Para frenar la expansión de suidos y mitigar  daños, la consejería  viene autorizando cacerías excepcionales, motivadas y justificadas, en reservas regionales, zonas de seguridad, refugios de caza o zonas de aprovechamiento cinegético común. Estos controles los realiza la Guardería del Medio Natural, generalmente mediante aguardos y excepcionalmente con batidas. Según Calvo, éstas son medidas que la consejería activa cuando es necesario prevenir perjuicios importantes a los cultivos y bosques, por motivos sanitarios de interés general o cuando la seguridad vial se ve comprometida por la presencia del jabalí.

Los cazadores realizan los controles en los cotos regionales, acompañados por el guarda correspondiente. Este año se han realizado 20 aguardos dentro y fuera de la temporada de caza, mientras que se han efectuado tres batidas extraordinarias al mes, dentro de la temporada de caza, en los concejos de El Franco, Boal y Tapia de Casariego.

En los terrenos cinegéticos, Recursos Naturales ha empleado perros de rastro para ahuyentar al jabalí con la presencia de la guardería de campo  o de la Guardería del Medio Natural entre el 1 de mayo y el 31 de agosto y únicamente en zonas donde se hayan detectado daños producidos por la especie. Asimismo, se han efectuado actuaciones extraordinarias hasta el fin de la temporada de caza (el pasado mes de febrero). Como ejemplo, la consejería ha autorizado ahuyentar a los jabalíes del medio urbano con perros en zonas limítrofes con cotos regionales de Llanera y de Sierra Pulide-Nalón, de modo que se extraen los animales de las zonas de seguridad para ser abatidos dentro del coto. Estas medidas se autorizarán en los próximos días para  cotos regionales de Villaviciosa y  de Siero-Noreña.

En las zonas de seguridad (terrenos donde no se puede disparar), Recursos Naturales está empleando jaulas de captura.