Más de 37.000 hectáreas de monte arbolado disponen de la certificación PEFC de la Asociación para la Certificación Española Forestal en Asturias, lo que supone que más del 8% de la superficie de la comunidad es bosque del que se extraen 1.200.000 metros cúbicos de madera de forma sostenible para su transformación, mayoritariamente, en pasta de papel y energía.

La consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, ha facilitado en Gijón estos datos en la inauguración del curso Estrategias de marketing y ventas verdes de productos forestales sostenibles, durante la que ha destacado la importancia económica, social y cultural del monte y la necesidad de continuar promoviendo un adecuado equilibrio entre su explotación y la conservación de la diversidad biológica que alberga el Principado.

Además, ha señalado la importancia  del uso racional de los recursos del bosque para la producción de bienes y servicios “porque los requerimientos de conservación de los espacios forestales no son excluyentes ni incompatibles con su vocación productiva”, ha asegurado. “No podemos ni queremos renunciar a una explotación sostenible de los recursos forestales, porque sería tanto como renunciar a generar empleo y riqueza en el medio rural”, ha añadido.

La titular de Desarrollo Rural ha indicado que uno de los objetivos del Principado es impulsar actuaciones para poner a disposición de las industrias de primera y segunda transformación la madera que necesiten para su actividad, en cantidad suficiente y en condiciones competitivas. Según ha explicado, las cortas en los montes asturianos son el resultado del aprovechamiento de cuatro especies: el eucalipto, que con un volumen de 850.000 metros cúbicos sumó en 2016 el 71% del total; el pino pinaster y el pino radiata, con un volumen de más de 300.000 metros cúbicos, lo que supuso el 26%, y el castaño, que aportó el 3%, con 31.000 metros cúbicos.

Una herramienta para garantizar la sostenibilidad

El Gobierno de Asturias entiende la certificación forestal como una herramienta que garantiza la sostenibilidad de los aprovechamientos y la trazabilidad de sus productos, algo imprescindible para competir en un mercado global, especializado y cada vez más concienciado ambientalmente, que demanda una oferta diferenciada, con mayor valor añadido. Por esta razón, la Consejería de Desarrollo Rural apoya con una subvención nominativa de 100.000 euros a la Entidad Solicitante de la Certificación Regional de Asturias (Escra), con el fin de que gestione la certificación forestal y garantice la cadena de custodia.

“Se trata de un proceso de evaluación realizado por una entidad independiente que verifica el cumplimiento de las normas internacionales de gestión al que se someten, de forma voluntaria, desde una unidad de gestión forestal hasta un propietario o una empresa que consume o produce bienes o servicios forestales”, ha explicado la consejera. Esta certificación forestal ofrece ventajas, ya que garantiza la sostenibilidad de los aprovechamientos forestales, abre mercados y aumenta el valor del producto. “Es un elemento clave en el desarrollo rural y en la mejora de la calidad de vida de las personas que viven en el campo”, ha precisado Álvarez.

Este tipo de acreditación asegura la viabilidad económica de los montes y permite una gestión ambientalmente adecuada y socialmente beneficiosa. “Mediante la certificación de la cadena de custodia se favorece la permanencia de las empresas que consumen y comercializan productos forestales aumentando su competitividad, diferenciándolas y dándoles acceso a nuevos mercados”, ha apuntado.

La superficie forestal de Asturias está por encima de la media española y europea. El territorio del Principado que es monte supera el 70% (770.000 hectáreas) y el 58% de esa superficie es monte arbolado (453.000 hectáreas).