Simón Arrizado, gerente de la Lonja Gijón-Musel

La Lonja Gijón-Musel opera en los Muelles del Rendiello desde 1997. Su excelente ubicación y buenas instalaciones de desembarque, con más de 800 metros de muelles, ofrece unos servicios de gestión de dos salas de subastas informatizadas, una sala de acondicionamiento de pescado, depósitos de estabulación de mariscos, fábrica de hielo, cámaras frigoríficas y congelador, y 14 almacenes para mayoristas y minoristas. Sus accionistas son la Autoridad Portuaria de Gijón, la Asociación Mayoristas de Pescado del Principado de Asturias, la Cámara Oficial de comercio, Industria y Navegación de Gijón, la Sociedad Regional de Promoción del Principado de Asturias, la Asociación de Empresarios Minoristas de Pescado de Asturias y Conservas Agromar S.A. La LonjaGijón-Musel realiza sus actividades mediante concesión administrativa en las instalaciones pertenecientes a la Autoridad Portuaria de Gijón. Simón Arrizado lleva dos años en su cargo y desde la gerencia lleva el día a día de la lonja, en estos momentos están en plena campaña de la xarda.

-¿Cuál es el fuerte de esta lonja?

-Funcionamos como cualquier otra rula, tenemos venta regular diaria. Hay dos campañas especialmente significativas para nosotros, la de la caballa o xarda en la que estamos en este momento, y la del bonito. Aquí contamos con un número de barcos de arrastre litoral que entran a diario y un arrastrero que trabaja en aguas francesas  que entra todos los lunes. A mayores por las mañanas realizamos venta de cerco.

-¿Cuál es su facturación?

-Algo más de 10 millones de euros, el año pasado fue especialmente bueno y 2015 la campaña del bocarte nos hizo facturar 14 millones y medio de euros. El año pasado nuestras dos campañas estrella funcionaron bien porque realizamos una campaña de captación de flota, el gran problema que tiene el sector en Asturias es que hay muy poca flota propia. En nuestro caso de los cinco arrastreros de litoral habituales ninguno es asturiano, son gallegos, son barcos sin puerto base en Asturias, pero trabajan aquí todo el año. Para la campaña de la xarda nos pasa lo mismo, contamos con barcos que vienen de Portugal o de Galicia. El año pasado once barcos de fuera vinieron aquí a hacer la campaña de xarda.

-¿En eso también influye el tema de los cupos?

-Para la flota asturiana influye porque el 99% son barcos pequeños, tienen unos cupos muy reducidos y trabajan durante muy poco tiempo en la campaña de la caballa. El año pasado tuvimos días de 27 lanchas, que traen cantidades significativas durante dos semanas. Los barcos de arrastre cuentan con cupos más amplios y alargan la campaña a dos meses.

-¿Qué hace a un barco elegir una lonja u otra?

-Influyen dos motivos, porque vendan bien la xarda y por comodidad, donde ellos estén a gusto. Con el bonito pasa lo mismo, aquí se concentra mucha flota vasca porque les es cómodo, para ellos es un puerto de referencia, son barcos que aunque no son propios, son de la casa, llevan muchos años descargando aquí, sobre todo flota de tanqueo, un arte para pescar el bonito. Somos un puerto con agua de mar y no les muere el cebo, nos conocen y funcionan de forma regular. Lo único que un barco busca es una buena comercialización y que les des un servicio cómodo y rápido. Cuando concentras descarga de pescado, arrastras mercado y compradores, así se genera un mayor volumen de negocio.

-¿Y en la actividad diaria de la lonja?

-Por las mañanas estamos repuntando en el cerco de forma regular, son barcos de tamaño medio/pequeño, al mismo tiempo que hemos consolidado una venta de litoral por la tardes en la que comercializamos pescado procedente de arrasteros y pequeñas lanchas.

-¿Cómo funcionan las subastas?

-Somos una lonja de tamaño medio y la subasta está informatizada, desde el momento que nosotros etiquetamos el pescado en pesaje ya pasa directamente al sistema informático y desde ahí se sigue el proceso de forma informática, se adjudica el pescado por un lector de código de barras, se adjudica la venta y al finalizar ya salen albaranes a clientes y proveedores.

-¿A dónde va el pescado de esta lonja?

-Esta es una lonja que tradicionalmente tiene un motor muy fuerte de venta local, de pescadero, de pequeño minorista. Aquí no tenemos gran volumen de mayoristas, los que hay son muy buenos, me refiero a grandes comercializadores, pero tienen un volumen de facturación muy alto. Intentamos captar mayoristas de fuera para elevar el volumen de clientes, vamos por buena línea, ganamos cuatro o cinco clientes muy interesantes para la lonja. Tenemos que trabajar dos líneas, la de los barcos y la de los clientes.

-¿Qué ofrecen a los barcos?

-Todos los servicios que puedan necesitar, y los que no les podamos dar, los intentamos facilitar. La tarea de la lonja es comercializar el pescado, ofrecemos un servicio de entrada de 24 horas, sacamos el pescado con nuestras propias máquinas, colocamos el pescado en la cancha, si un barco necesita reponer agua, hielo o cajas limpias lo tenemos, si necesita víveres se lo gestionamos a través de varias empresas, tenemos punto de suministro de gasoil, si necesita un mecánico o un buzo se lo conseguimos…

-¿Algún proyecto?

-La lonja tiene capacidad de absorber más de lo que tiene ahora mismo. El objetivo es consolidar lo que tenemos e ir avanzando.

-¿Qué previsión tienen para este año?

-La campaña de xarda este año llegó más tarde que otros años, y tenemos buenas perspectivas, de cara a la del bonito, es imprevisible. Ojalá sea buena la campaña.