Enrique Dapena, responsable del programa de Fruticultura, desarrolla su actividad investigadora en el SERIDA desde el año 1986 y la investigación para dar soluciones a la vecería del manzano se inicia a principios de los años 90. La capacidad de anticipación facilitó que se pusiese en marcha un programa de mejora que ha conseguido encontrar soluciones de futuro, obteniendo nuevas variedades de manzana de sidra de producción regular que en uno o dos años estarán a disposición de los agricultores, pero también se trabajó en diversas estrategias técnicas a aplicar en las plantaciones existentes.
-¿A qué se debe la vecería?
-En el periodo comprendido entre finales de mayo y el mes de junio se producen tres procesos fisiológicos a la vez: el desarrollo de los frutos, la formación de los pimordios florales, lo que van a ser las flores del año siguiente y por tanto sus frutos, y el crecimiento vegetativo, es decir, la formación de los nuevos brotes. Una vez que se polinizan las flores y empiezan a crecer los frutos, se produce una competencia entre los mismos, además las semillas de los frutos producen unas hormonas que inhiben la inducción floral (la formación de los primordios florales del año siguiente), por tanto, si un año hay muchos frutos, tenemos muchas semillas y tendremos más inhibición floral y al año siguiente tendremos menos flor y más débil y como consecuencia pocos frutos. Además, cuando hay muchos frutos, el crecimiento vegetativo de los nuevos brotes anuales en formación se ralentiza, debido a que como consecuencia de ese crecimiento se van formando las hojas, que son las que producen el alimento en el árbol y contribuyen a que haya una buena nutrición. En definitiva, si hay falta de hojas por poco crecimiento, los frutos van a estar peor nutridos, y también menos alimentados los primordios florales del año siguiente por lo que serán más débiles. Las variedades de manzanas de sidra tienen una tendencia algo mayor a la vecería, por tener bastantes semillas por fruto y porque el fruto no es muy grande en algunos casos y lo que repercute en que se agudice más.
-¿Cómo se puede solventar la vecería?
-Por una parte está la vía de ¿cómo actúo en mis árboles? Se trata de aplicar varias técnicas orientadas a lograr cada año una producción de frutos suficiente pero no excesiva, para que el crecimiento vegetativo sea también el adecuado y el número de semillas no sea excesivo y por tanto no tenga lugar una inhibición floral que haga peligrar la cosecha del año siguiente.
Para conseguir esto tenemos que realizar, en primer lugar una poda dirigida, que permita reducir el número de unidades de fructificación en los años que se espera mayor producción. Se trata de lograr que el números de puntos de fructificación sea aproximadamente de 6 por centímetro cuadrado de sección de tronco del árbol o de cada rama, consiguiendo así evitar una excesiva sobrecarga de frutos (una rama de 2 centímetros de diámetro podría soportar aproximadamente 18 frutos). Complementariamente será necesario realizar una fertilización adecuada de los árboles todos los años y, además, que los años en que se produzca un mayor cuajado de frutos se incremente la fertilización nitrogenada en postfloración, cuando los frutos inician su desarrollo a fin de estimular el crecimiento vegetativo de los brotes y mejorar el mismo, con la consiguiente formación de hojas y con ello la adecuada nutrición de los frutos en formación y de los primordios florales del año siguiente.
Además es necesario llevar a cabo una aclareo de flor o bien un aclareo de fruto, cuando estos tienen un calibre inferior a 10 milímetros.
El aclareo de flor se realiza mediante la aplicación de productos como Polisulfuro de Calcio o Jabón Potásico, una vez que la flor central, que florece algo antes, ya ha sido polinizada. La cuestión está en que si cuajan todas las flores, tendremos muchos frutos, pero si cuaja principalmente la flor central podemos lograr que la cantidad de frutos no sea excesiva. Esta técnica fue puesta a punto en el SERIDA y otros centros de investigación para su aplicación en producción ecológica.
El aclareo de fruto consiste en la utilización de productos fitoreguladores, como el ANA, Benziladenina y Etefón cuando el fruto es muy pequeño para provocar una caída parcial y reducir así el número de frutos que permanecen en el árbol, a fin de evitar la sobrecarga de frutos en el año en curso, facilitar el suficiente crecimiento vegetativo y la formación de primordios florales para el año siguiente. Esta técnica fue puesta a punto por el SERIDA y CAMPOASTUR para las variedades asturianas de manzana de sidra.
Hay otras técnicas posibles aún no experimentadas en Asturias, como son el aclareo mecánico de flores o la vibración de frutos en la fase de caída fisiológica de frutos.
-¿Cuál es la otra vía desarrollada por el SERIDA?
-A principios de los años 90 al estudiar el comportamiento de diferentes variedades pudimos observar que había variedades en que en cada unidad de fructificación se producían frutos año tras año y por tanto presentaban una elevada capacidad de producir de un modo regular, por lo que iniciamos una línea de mejora genética orientada a obtener variedades de manzana de sidra con dichas características. Desde el año1994 iniciamos una serie de cruzamientos orientados a conseguir nuevas variedades de producción regular utilizando variedades asturianas que las cruzamos con unos materiales que tenían la capacidad de autoclareo, produciendo uno o dos frutos por influorescencia y con un mecanismo de autoextinción, anulación de algunos puntos de fructificación, haciendo que los puntos de fructificación estén un poco más distanciados entre sí. Lo hicimos pensando a medio plazo, de tal modo que en 15 o 20 años pudiéramos disponer de variedades con capacidad de producción regular.
-Y lo consiguieron…
-Ya están aquí, recientemente hemos finalizado la selección de seis variedades, descendientes de variedades locales con capacidad de producción regular a las que incorporamos además cierta resistencia adicional al moteado. Hemos conseguido un nivel de producción alto pero no excesivo, y ya están seleccionadas e incorporadas a la DOP y estarán disponibles en breve. Se requiere cierto proceso de multiplicación. El año que viene se plantarán en dos o tres fincas, de común acuerdo con la DOP, y en un año o dos más comenzarán a estar ya plenamente disponibles.
-¿En qué trabajan actualmente?
-Estamos con nuevos cruzamientos para obtener variedades regulares y super resistentes, a hongos, y al pulgón ceniciento, es un plus. También trabajamos en un programa de manzana de mesa para obtener también variedades resistentes y de producción regular.
Enrique Dapena, responsable del programa de Fruticultura, desarrolla su actividad investigadora en el SERIDA desde el año 1986 y la investigación para dar soluciones a la vecería del manzano se inicia a principios de los años 90. La capacidad de anticipación facilitó que se pusiese en marcha un programa de mejora que ha conseguido encontrar soluciones de futuro, obteniendo nuevas variedades de manzana de sidra de producción regular que en uno o dos años estarán a disposición de los agricultores, pero también se trabajó en diversas estrategias técnicas a aplicar en las plantaciones existentes.
-¿A qué se debe la vecería?
-En el periodo comprendido entre finales de mayo y el mes de junio se producen tres procesos fisiológicos a la vez: el desarrollo de los frutos, la formación de los pimordios florales, lo que van a ser las flores del año siguiente y por tanto sus frutos, y el crecimiento vegetativo, es decir, la formación de los nuevos brotes. Una vez que se polinizan las flores y empiezan a crecer los frutos, se produce una competencia entre los mismos, además las semillas de los frutos producen unas hormonas que inhiben la inducción floral (la formación de los primordios florales del año siguiente), por tanto, si un año hay muchos frutos, tenemos muchas semillas y tendremos más inhibición floral y al año siguiente tendremos menos flor y más débil y como consecuencia pocos frutos. Además, cuando hay muchos frutos, el crecimiento vegetativo de los nuevos brotes anuales en formación se ralentiza, debido a que como consecuencia de ese crecimiento se van formando las hojas, que son las que producen el alimento en el árbol y contribuyen a que haya una buena nutrición. En definitiva, si hay falta de hojas por poco crecimiento, los frutos van a estar peor nutridos, y también menos alimentados los primordios florales del año siguiente por lo que serán más débiles. Las variedades de manzanas de sidra tienen una tendencia algo mayor a la vecería, por tener bastantes semillas por fruto y porque el fruto no es muy grande en algunos casos y lo que repercute en que se agudice más.
-¿Cómo se puede solventar la vecería?
-Por una parte está la vía de ¿cómo actúo en mis árboles? Se trata de aplicar varias técnicas orientadas a lograr cada año una producción de frutos suficiente pero no excesiva, para que el crecimiento vegetativo sea también el adecuado y el número de semillas no sea excesivo y por tanto no tenga lugar una inhibición floral que haga peligrar la cosecha del año siguiente.
Para conseguir esto tenemos que realizar, en primer lugar una poda dirigida, que permita reducir el número de unidades de fructificación en los años que se espera mayor producción. Se trata de lograr que el números de puntos de fructificación sea aproximadamente de 6 por centímetro cuadrado de sección de tronco del árbol o de cada rama, consiguiendo así evitar una excesiva sobrecarga de frutos (una rama de 2 centímetros de diámetro podría soportar aproximadamente 18 frutos). Complementariamente será necesario realizar una fertilización adecuada de los árboles todos los años y, además, que los años en que se produzca un mayor cuajado de frutos se incremente la fertilización nitrogenada en postfloración, cuando los frutos inician su desarrollo a fin de estimular el crecimiento vegetativo de los brotes y mejorar el mismo, con la consiguiente formación de hojas y con ello la adecuada nutrición de los frutos en formación y de los primordios florales del año siguiente.
Además es necesario llevar a cabo una aclareo de flor o bien un aclareo de fruto, cuando estos tienen un calibre inferior a 10 milímetros.
El aclareo de flor se realiza mediante la aplicación de productos como Polisulfuro de Calcio o Jabón Potásico, una vez que la flor central, que florece algo antes, ya ha sido polinizada. La cuestión está en que si cuajan todas las flores, tendremos muchos frutos, pero si cuaja principalmente la flor central podemos lograr que la cantidad de frutos no sea excesiva. Esta técnica fue puesta a punto en el SERIDA y otros centros de investigación para su aplicación en producción ecológica.
El aclareo de fruto consiste en la utilización de productos fitoreguladores, como el ANA, Benziladenina y Etefón cuando el fruto es muy pequeño para provocar una caída parcial y reducir así el número de frutos que permanecen en el árbol, a fin de evitar la sobrecarga de frutos en el año en curso, facilitar el suficiente crecimiento vegetativo y la formación de primordios florales para el año siguiente. Esta técnica fue puesta a punto por el SERIDA y CAMPOASTUR para las variedades asturianas de manzana de sidra.
Hay otras técnicas posibles aún no experimentadas en Asturias, como son el aclareo mecánico de flores o la vibración de frutos en la fase de caída fisiológica de frutos.
-¿Cuál es la otra vía desarrollada por el SERIDA?
-A principios de los años 90 al estudiar el comportamiento de diferentes variedades pudimos observar que había variedades en que en cada unidad de fructificación se producían frutos año tras año y por tanto presentaban una elevada capacidad de producir de un modo regular, por lo que iniciamos una línea de mejora genética orientada a obtener variedades de manzana de sidra con dichas características. Desde el año1994 iniciamos una serie de cruzamientos orientados a conseguir nuevas variedades de producción regular utilizando variedades asturianas que las cruzamos con unos materiales que tenían la capacidad de autoclareo, produciendo uno o dos frutos por influorescencia y con un mecanismo de autoextinción, anulación de algunos puntos de fructificación, haciendo que los puntos de fructificación estén un poco más distanciados entre sí. Lo hicimos pensando a medio plazo, de tal modo que en 15 o 20 años pudiéramos disponer de variedades con capacidad de producción regular.
-Y lo consiguieron…
-Ya están aquí, recientemente hemos finalizado la selección de seis variedades, descendientes de variedades locales con capacidad de producción regular a las que incorporamos además cierta resistencia adicional al moteado. Hemos conseguido un nivel de producción alto pero no excesivo, y ya están seleccionadas e incorporadas a la DOP y estarán disponibles en breve. Se requiere cierto proceso de multiplicación. El año que viene se plantarán en dos o tres fincas, de común acuerdo con la DOP, y en un año o dos más comenzarán a estar ya plenamente disponibles.
-¿En qué trabajan actualmente?
-Estamos con nuevos cruzamientos para obtener variedades regulares y super resistentes, a hongos, y al pulgón ceniciento, es un plus. También trabajamos en un programa de manzana de mesa para obtener también variedades resistentes y de producción regular.