“Trataremos de unirnos Galicia, Asturias y Cantabria, para hacer mas fuerza; la pesca de bajura está desapareciendo poco a poco y tenemos que hacer algo”. Dimas García, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias desde hace 16 años, hace balance de la situación actual del sector pesquero en la región.

-¿Cómo están las cuotas?

-Ahora mismo muy mal. Nos acaban de comunicar que la xarda (caballa) nos la van a reducir el 42% y de ahí, quieren reservar el 25% para pesca accidental. En cuanto a la merluza, nos quieren quitar el 14%. Por lo que no tenemos una noticia que sea buena sobre ese tema. El 1 de enero de 2019 empieza el descarte, en pesca consiste en devolver al mar las capturas no deseadas, vivas o no, por no alcanzar la talla mínima o porque el pescador no dispone de cuotas para una especie. La Política Pesquera Comunitaria (PPC) la introdujo como medida la obligación del desembarque de todo lo capturado en puerto, es decir, que si tengo una cuota muy pequeña de merluza y pesco 4 ó 5 que estén en mal estado, tengo que traerlas a tierra, pesarlas, no las puedo vender para consumo humano pero sí se me descuenta de la cuota. Un desastre.

-¿Qué objetivos hay para 2019?

-Me acabo de reunir con el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Lugo, también presidente de la Federación Nacional, Basilio Otero, para tratar de unirnos Galicia, Asturias y Cantabria por lo menos, para hacer más fuerza; la pesca de bajura está desapareciendo poco a poco y tenemos que hacer algo.

-¿Cuántas cofradías de pescadores hay en Asturias?

-En Asturias, 19. En la Federacion hay 18 –Figueras, Tapia de Casariego, Viavélez, Ortiguera, Puerto de Vega, Luarca, Oviñana, Cudillero, San Juan de la Arena, Avilés, Luanco, Candás, Gijón, Tazones, Lastres, Ribadesella, Llanes y Bustio.

-¿Cuántas personas viven de la mar?

-Unas 1.500 personas, entre bajura y altura. Aunque cada año hay más bajas, no hay relevo generacional. La situación esta muy mal y ningún pescador quiere que un hijo suyo se dedique a esto. No me imagino un puerto sin embarcaciones, sería la ruina del pueblo, pero cada vez están disminuyendo más. Aunque todas las cofradías están realizando trabajos en base a la modernización de las instalaciones, por ejemplo Luanco ya dispone de presupuesto para 2019,  casi un millón de euros, para el muelle de atraque, contamos con menos pescado cada campaña.

-¿Cómo va el tema de las titulaciones?

-Lo tenemos muy difícil. Por ejemplo, para el bonito. Ahora con las titulaciones que tenemos hay muchas embarcaciones que no pueden salir o no deben salir. El Centro de Formación Profesional Marítimo Pesquera sacó un modelo, Patrón Costero Polivalente, que convalida todos los títulos que tienen los pescadores, y supondría obtenerlo en casi dos años al realizarlo los sábados y domingos, o a disponibilidad de los interesados entendiendo que ellos no pueden dejar de desarrollar su trabajo para ir a clase. Se dan muchísimas facilidades para que sigan yendo a la mar pero que saquen el título. Hay 120 personas matriculadas. El problema es que en Asturias el 75% de las embarcaciones tienen menos de 12 metros de eslora, la nueva titulación es para las de 120,  y los días de mar que se exigen suponen 6 meses de puente y 6 de máquina. Así que para la mayoría de barcos de Asturias no hacemos nada. No obstante, ya instamos a Capitanía Marítima que retire hasta los 12 metros, junto con otras comunidades del norte.

-Es presidente desde hace 16 años, ¿cómo ha cambiado la situación de la pesca desde entonces?

-Con todos estos límites que se nos ponen, por ejemplo en la cuota, provoca un descontento que se traduce en un descenso considerable en el número de barcos. Hace 15 años había 14 ó 15 arrastreros de los que quedan 4. Cerqueros había 15 y se mantienen también 4. Y la bajura, porque van tirando poco o poco por ello pero la situación es complicada. Por otro lado, el Palangre de fondo tiene 8.000 kilos al año de derrumba y la volanta 30 ó 40 toneladas.

-¿Los drones evitarán el furtivismo?

-Cada vez hay más furtivismo, especialmente en percebe y el daño que se está haciendo en los profesionales es incalculable. Los drones ayudarán en las labores de control, mejorando servicios de inspección y llegando a zonas de difícil acceso. Además, recogerán pruebas de los infractores, que muchos de ellos quedan impunes. Pero acabar con ello, difícil.