A cierre de 2019, Caja Rural de Asturias obtuvo un beneficio después de impuestos de 30,52 millones de euros, cifra que supone un crecimiento del 3,62% respecto al año anterior. Es de resaltar que pese al impacto negativo de los rendimientos financieros producido por la evolución negativa del mercado de valores, Caja Rural de Asturias consiguió este resultado de forma orgánica sin apoyarse en beneficios extraordinarios gracias a una intensa actividad comercial.

Así, a pesar de los tipos de interés negativos, el margen de intereses de Caja Rural de Asturias creció un 4,36% hasta situarse en los 82 millones de euros. Los ingresos por comisiones también aumentaron, en este caso un 4,56%. El margen bruto por su parte aumentó un 2,39%  y el margen neto disminuyó un 1,98%.

Solvencia y Liquidez

En cuanto a la solvencia, la ratio de capital (CET1) se situó en el 24,81%, muy por encima del legal exigido yque convierte a Caja Rural de Asturias en una de las entidades más solventes del sector.Con unos fondos propios superiores a los 438 millones de euros, la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) fue del 7,17%.

Otra de las variables sobresalientes del periodo fue la mejora de los activos, que junto al comportamiento de la morosidad con un 2,61% y que supuso un descenso del 14,42%, mantuvo su tendencia bajista durante todo el periodo.Esta prudente gestión del riesgo mantuvo un nivel de cobertura del 62,23%, teniendo en cuenta que el 60% de la cartera de inversión con clientes tiene garantía hipotecaria.

Inversión y dinamismo comercial

En general, toda la actividad crediticia demostró el mismo dinamismo que durante los primeros trimestres del año. Hasta el 31 de diciembre la Caja formalizó un número de 16.087 operaciones de financiación por un importe acumulado de 404 millones de euros. De ellos corresponden al sistema productivo más de 146 millones. La Caja intensificó asimismo la financiación destinada a hogares y administraciones públicas con un volumen de 258 millones de euros. Es destacable el dato de que un 32,6% del volumen de la actividad crediticia fue destinada a nuevos clientes.

En cuanto al volumen de negocio, la Entidad lo incrementó en un 7,8% y superó los 6.186 millones de euros. Esta cifra recoge el impulso de los últimos años.  Los recursos gestionados con clientes que eligieron la cooperativa de crédito para depositar y gestionar sus ahorros aumentaron un  8,09% y el ejercicio se cerró con 3.771 millones de euros. Por su parte la inversión crediticia aumentó en un 7,4%.

La captación de clientes también mostró su dinamismo durante el año pasado, un total de 17.517 personas iniciaron su actividad financiera con la Caja. De ellas, 13.510 eran nuevos hogares, 1.744 autónomos y 2.263 empresas.

La evolución favorable del negocio se completó con unos recursos de clientes gestionados fuera de balance de 547 millones de euros, cifra un 10,30% superior a los 496 millones de 2018.