Asturias es una región comprometida con el cuidado del medioambiente, tal y como se ha podido comprobar en la presentación de datos de reciclaje 2018 de Ecoembes, la organización medioambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España, celebrada hoy. En el acto, que ha contado con la presencia del viceconsejero de Medio Ambiente del Principado de Asturias, Benigno Fernández; la gerente de comunicación de Ecoembes, Elena López; y el gerente del Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), Santiago Fernández, se ha dado a conocer que el año pasado, se reciclaron 19.270 toneladas de envases domésticos en la región, algo que fue posible gracias al compromiso de toda la sociedad asturiana.

Cada asturiano separó 12,2 kilos de envases en el contenedor amarillo, un aumento del 10,9% con respecto a 2017. Además, la cantidad de papel y cartón separada en el contenedor azul también experimentó un considerable aumento al crecer un 3,9% con
respecto a 2017, gracias a que se separaron 21 kilos (una cifra que está más de 3 kg por encima de la media
nacional).

En 2018, el hábito diario de reciclar se ha seguido consolidando en Asturias, una comunidad especialmente concienciada con el cuidado del medioambiente debido a su enorme patrimonio natural. Toda la sociedad asturiana, desde los ciudadanos hasta las administraciones públicas, pasando por las empresas y las organizaciones civiles, se han implicado en la separación de residuos y eso es precisamente lo que ha hecho posible que se hayan podido reciclar 19.270 toneladas de envases en la región_”, _ha indicado Elena López, gerente de Comunicación de Ecoembes.

Por su parte, el viceconsejero de Medio Ambiente, también vicepresidente de Cogersa, ha incidido en que el reciclaje es “una responsabilidad compartida de ciudadanos, empresas, administraciones públicas y entidades de gestión como Ecoembes”. Fernández ha apuntado que junto a una buena dotación de contenedores y la correcta planificación del servicio de recogida, la educación ambiental y la comunicación social son “piezas esenciales para lograr esta implicación efectiva de toda la ciudadanía en el gesto cotidiano de separar para que sea posible reciclar”.