La empresa de servicios agrícolas Roluda AG opera desde La Ren (Cardo-Gozón), uno de los concejos ganaderos más relevantes del sector lechero en Asturias. Los hermanos Luis y Daniel Álvarez están al frente de la empresa, creada a finales de 1999. Cambiaron la ganadería familiar que los unió siempre al sector por la oferta de servicios en una zona que demandaba maquinaria especializada para realizar los trabajos del campo. Además Roluda AG colabora con las cooperativas de la zona. Con 10 trabajadores con una media de 30 años trabajan desde la zona del Aeropuerto de Ranón hasta Gijón y Las Regueras, y su área principal de actuación es la zona de Carreño y Gozón. En verano una de sus divisiones se traslada a trabajar a Burgos en la recogida del cereal y forrajes. Roluda AG vende paja desde Luarca a Vitoria, el año pasado comercializaron 25.000 fardos, el equivalente a 10.000 toneladas. La empresa cuenta en su parque de maquinaria con la última tecnología.

-¿Cómo fueron los comienzos?

-Antes de que existiesen las empresas de servicios agrícolas, tres ganaderías grandes de la zona nos ayudábamos y colaborábamos para realizar los trabajos del campo. Mi hermano y mi tío se encargaban del mecanizado. Con los años cerramos la ganadería y mi hermano montó un taller de maquinaria agrícola. Como percibíamos la demanda, en diciembre de 1999 nació la empresa de servicios. Empezamos a trabajar con tractores y en 2002 adquirimos la primera cosechadora autopropulsada, lo que marcó un antes y un después, a partir de ese momento comenzamos a evolucionar.

-¿Cómo fue esa evolución?

-El primer año trabajamos 90 hectáreas de maíz, el segundo 250 hectáreas y a partir del tercer año con dos máquinas llegamos a 500 hectáreas hasta alcanzar a las 1.000 hectáreas trabajadas actualmente. Y ahí nos plantamos por tiempo y fechas, ya que en campaña no podríamos abarcar más, hay que hacer todos los trabajos en un corto periodo de tiempo.

-¿De qué maquinaria disponen?

-Ahora mismo contamos con tres cosechadoras autopropulsadas, ocho tractores de gran potencia,  14 vehículos motorizados: cosechadoras, tractores, un camión de 19 metros… Eso conlleva tres auto cargadores, tres arados, tres equipos de siembra, dos equipos de esparcidores de estiércol, dos máquinas de carga, una retro giratoria y manipuladora telescópica, servicio de cisternas de purín, dos cubas (una de 14.000 y otra de 22.000 litros), cuatro cargadores de forraje, un equipo especializado en tratamiento de herbicidas y fitosanitarios con rueda estrecha, y aperos varios como complemento. En Burgos tenemos tres macro empacadoras de fardo gigante y un arcusín.

-¿Cómo organizan el trabajo a lo largo del año?

-En enero nos dedicamos al mantenimiento de los estercoleros,  y traemos a Asturias la paja que hacemos en julio y en agosto en Burgos. En primavera nos dedicamos a la corta de raigrás y praderas, y a la preparación de terreno para siembra de maíz. Al acabar, el 1 de julio un equipo se va para Castilla a recolección de cereal, paja y forraje, y el equipo que queda aquí se dedica a hierba seca o forraje deshidratado. Muy importante en verano es el tratamiento de fitosanitarios y abonos. En otoño hacemos recolección de maíz, extracción de los estercoleros y siembra de pradera nueva.

-Háblenos del forraje que trae de Burgos.

-Traigo un material que viene directo del campo al ganadero, sin ningún tipo de intermediarios. Tenemos un contrato con Acciona que nos compra un millón de kilos por 11 años para biomasa. El precio está cerrado independientemente de cómo sea la cosecha. Aquí con los ganaderos hacemos algo similar, mantenemos una media en el precio, sin especulación, lo que nos asegura el mantenimiento y satisfacción del cliente.

-Han recuperado los rollos en sus servicios. ¿Por qué?

-Habíamos dejado apartado el servicio por los costes, tanto para el que los pagaba como para el que los hacía. Fuimos de los primeros de Asturias en contar con enrolladora en el año 1988 pero comprobamos que era antieconómica, y se pasó a hacer ensilados en zanja. El rollo nunca desaparecerá por su comodidad. Este año lo volvimos a incorporar de forma que sea viable para nuestros clientes.

-¿Cómo se presenta el futuro?

-En servicios agrícolas, las caserías en general están muy envejecidas y necesitan quien les ayude en los trabajos. Con respecto a la gente joven, en las ganaderías se cuenta con menos mano de obra que antes, las familias están compuestas por menos personas, tienen que producir más para ganar lo mismo, y se encuentran con un problema de tiempo para realizar los trabajos, con lo que necesitan apoyo. Y por otra parte el cambio climático ya está afectando al sector, se acortan los periodos para realizar los trabajos agrícolas, ahora las campañas duran menos de un mes por la climatología.