La localidad valdesana de Busto alberga un paraíso para los amantes de la jardinería ornamental. Viveros Ovalle comercializa 100.000 camelias anuales de gran calidad a través de mayoristas en Inglaterra, Dinamarca, Suiza, Bélgica, Holanda… Se trata de uno los mayores productores de camelias de Europa con 30 hectáreas de cultivo exterior, de las que 30.000 metros cuadrados, una décima parte, son invernaderos y estructuras de producción. Viveros Ovalle es una empresa familiar especializada en camelias desde hace más de 30 años que cuenta con diez empleados y está dirigida por Rafael Ovalle y su esposa Laura Rodríguez. Ambos son Técnicos Superiores Agrícolas y tras finalizar sus estudios decidieron con “mucho sacrificio” establecer su propio negocio comprando suelo con “pocos medios” y orientados en aquellos primeros años a la producción de floricultura o flor cortada, por la inmediatez de la rentabilidad con las mínimas inversiones. A la vez ya empezaron a reproducir camelias, planta de crecimiento lento que necesita mucha estructura de producción, y que con el paso de los años se ha convertido en su especialidad.

“Siempre hemos ido avanzando paso a paso reinvirtiendo y en el año 2000, con la ayuda de una subvención del programa Leader pudimos cubrir 10.000 metros con invernaderos para conseguir una producción elevada. En su momento fue un gran impulso al negocio”, explica Rafael Ovalle.

Las condiciones de Asturias para la camelia son buenas, se trata de una planta acidófila y a la vez calcífuga de la que Viveros Ovalle comercializa 20 variedades conseguidas a base de “prueba/error” ya que sobre el tema “no hay nada escrito”. En su colección particular de camelias Rafael y Laura cuentan en su casa con unas 500 variedades.

La camelia es una planta muy valorada ornamentalmente hablando ya que “es de hoja perenne muy bonita y una floración espectacular, es la reina del invierno y se puede podar de distintas formas arquitectónicas definidas”, comenta Rafael Ovalle. La camelia, “prima hermana del té”, llegó de Oriente a Europa a través de los traficantes de especias ingleses y portugueses del S. XVII, aunque según se ha documentado Rafael, “la mayor parte de las camelias de Asturias y Galicia, vinieron de viveros de la Bretaña Francesa a través de venta ambulante en el S. XIX junto a otras especies como magnolias o rododendros, plantas que se dan bien aquí y los franceses eran conocedores a través de los peregrinos del Camino de Santiago”.

Rafael Ovalle reconoce que hay especies de camelia “que cuesta mucho trabajo conseguir y que no comercializamos porque el mercado no compensa”, como es el caso de la camelia amarilla o las especies de camelia que solo florecen en verano y que consiguieron hace cinco años a través de un holandés que la encontró en un mercado en un pueblo de China, concretamente en Yunnan.

Con respecto al futuro, un estudio de mercado holandés refleja que el consumo de la sociedad ha cambiado drásticamente y aunque en España nunca hubo una cultura del jardín, en otros países  europeos se consumen plantas ornamentales porque los jardines son un punto de la casa donde se realizaba vida familiar y social. Parece ser que el consumo se está desplazando de las plantas hacia las nuevas tecnologías. Aunque en el caso de Viveros Ovalle “el crecimiento y comercialización de camelias año a año va en aumento, esta es nuestra realidad”, concluye Rafael.

Además de camelias también tienen otras plantas como palmeras, bojes, áceres japoneses con una coloración otoñal muy espectacular, magnolias raras venidas de China, entre un sinfín de plantas y especies.

Los conocidos Jardines de la Fonte Baixa de Luarca han sido uno de sus proyectos más relevantes y según reconoce Rafael Ovalle “que una persona llegase dispuesta a hacer una inversión de esas dimensiones como José Ribera ha sido importante para nosotros”.